objetivo Birmania




BIRMANIA



La gran pagoda de Shwedagon ocupa una pequeña colina en el centro de Yangon, la capital de Birmania. Su enorme cúpula de oro macizo domina toda la ciudad, y los numerosos templos erigidos en la colina sagrada forman uno de los complejos religiosos más espectaculares jamás construidos. 







Shwedagon es punto de encuentro de místicos, monjes que meditan mirando directamente al sol y devotos que realizan sus ofrendas, así como de familias y gente normal que disfruta paseando por este fantástico escenario. 

































y otros aspectos más actuales de Yangon...









































BAGAN, en el centro de Birmania, es una de las grandes ciudades perdidas de Asia. Es un lugar menos turístico que Angkor, pero no menos importante, pues era en el año 1.000 una gran metrópolis, la ciudad de las 4.000 pagodas. 





















Sus innumerables cúpulas son testimonio de la grandeza del imperio birmano, que durante siglos tuvo un papel dominante en la región. 














La mayoría de los templos están todavía activos, y guardan en su interior bonitos frescos y múltiples estatuas de Buda, venerados y cuidados por los fieles y monjes budistas.







El atardecer en las pagodas de Bagan, con los pájaros revoloteando entre las cúpulas sagradas, es un momento especialmente sugestivo de la visita. También es una delicia pasear tranquilamente en bicicleta por las antiguas avenidas, lejos de las multitudes turísticas. 
































El monte POPA es el hogar de los Nats, espíritus animistas venerados por los birmanos desde tiempos inmemoriales, conviviendo armoniosamente con el budismo dominante.













Popa es uno de los lugares sagrados más impresionantes que puedan encontrarse. Es un increible cono circular de origen volcánico, con paredes totalmente verticales, que parece flotar sobre la gran llanura que se extiende a sus pies. Cuando la niebla cubre la llanura, el lugar adquiere proporciones irreales. 














Se accede al lugar por una larga escalera al borde del abismo, que sube hasta la cima atiborrada de cúpulas y pagodas. Los monos pululan a placer por las sagradas instalaciones. 







En la cima del monte, las cúpulas doradas de los templos relucen sobre la neblina, convirtiendo el lugar en algo definitivamente mágico, a medio camino entre una aparición bíblica y una nave espacial. 










No muy lejos, las cuevas de PINDAYA son otro magnífico monumento natural y religioso. En sus recónditas galerías se apilan miles de estatuas de buda llevadas allí durante siglos...












LAGO INLE






El lago Inle amanece oculto en una misteriosa neblina, que se va deshaciendo lentamente mientras se preparan los mercados. 

Poco a poco van llegando las barcas con los productos de la huerta que crece sobre las aguas, y según se disipa la neblina, aparece un mundo donde todo parece flotar, como exento de gravedad.













Los remeros ejecutan su peculiar danza, a medio camino entre el taichi y el ballet contemporáneo, empujando el remo con un pie y una mano, y manteniendo un increible equilibrio sobre una sola pierna. 











Como en un espejismo, los pueblos flotantes se esparcen por el lago, con sus casas sujetas por bambúes y troncos, sus jardines y huertos construidos sobre plataformas de madera y sus canales a modo de calles y avenidas. 













Artesanos de la seda, el barro, el tabaco o la plata trabajan concentrados en sus talleres y el humo de los hornos flota sobre el lago, sustituyendo a la neblina matinal. Los agricultores, por su parte, trabajan en las huertas flotantes, donde crecen hortalizas, flores y tabaco, con un sistema de cultivo altamente eficaz.








Los templos, también flotantes, encarnan el espíritu del lago. Aquí el budismo se mezcla con antiguos ritos animistas. 

La gran pagoda de techo de paja, auténtica meca del lago, guarda las 5 piedras sagradas, recubiertas por gruesas capas de oro depositadas durante siglos por los peregrinos...
























Así de extraño es el mundo del lago. Por las tardes los remeros vuelven a sus casas palafíticas remando armoniosamente, mientras los rayos del atardecer tiñen de dorado sus tranquilas aguas. 



















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